La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.
Por eso yo nunca entiendo nada.
Me gusta no entender, me gusta ver la vida como
una mala serie, de esas con muchos personajes protagónicos, con muchos nudos y
pocos desenlaces. Una mala serie sin final, me gusta enojarme con el capítulo
del lunes y gritar de la felicidad con el capítulo del jueves. Es que sin darme
cuenta crecí así, sin entender nada, sin tratar de entender nada. Eso es lo que
me hace feliz, vivir sin pensar mucho, porque tiempo para pensar mucho no
tenemos. Estoy viviendo uno de esos capítulos malos, que me
angustian, me asustan y me hacen pensar, tratar de entender. No es de Dios que
la vida me pida que decida qué hacer con mi vida a esta altura, a los 16 solo
sé que me gustan las compus, las redes sociales, los libros de autoayuda y
cuevana. Solo sé que escribo en un blog y que me cuesta entender a los adultos
chicos, esto no me sirve para saber que ser, esto no me dice que hacer con mi
vida. Porque soy chica, somos chicos, y tenemos -algunos queremos, pero este no
es el caso- que hacernos cargo de la decisión, tenemos que decidir tamaña cosa
como que hacer el resto de tu vida. Ya no me espera un marzo lleno de útiles
nuevos y profesores amorosos que te dejan presentar los trabajos dos días después,
ya no voy a ver a mis amigos de toda la vida y juntarme en los recreos para
criticar el look de cada uno de mis profes. Ya no me van a decir que hacer, ya
no voy a estar obligada a estudiar algo que no quiero. Se me acabó la etapa de
chistes e indecisiones. Hola septiembre, hola responsabilidades. Hoy empiezo
esa etapa en la que toca decidir como
una adulta, pensar como adulta y hacernos cargo como adultas. Hoy agarro toda
esa libertad que añoraba, y no sé si la quiero realmente, no sé si estoy lista. No sé y
no quiero pensar, quiero no entender y estar tranquila así, pero no puedo. La
libertad no tocó la puerta, entró sin preguntar, esta sin duda es la decisión
más grande que he tomado y aquí estoy con un libro de 100 páginas y un folleto
de exámenes resueltos, no voy a dar vuelta atrás, si quiero. Puedo.
Tengo que reconocer que tengo miedo, que tanta
libertad me asusta. No voy a tener a quien culpar si todo sale mal, hoy
soy yo la dueña de la decisión y por tanto la culpable del error si llega a
darse así. Yo soy de las que no se arrepienten y sé que de todo se aprende pero
el miedo está, y el reto es vencerlo, el problema es que no es nada fácil.
Pero como
dice una canción de coldplay, Nobody said it was easy… Voy a seguir psicología
y no sé si es lo mejor, pero es lo que quiero por ahora, lo que pase después,
me tiene sin cuidado.
Ahora comprendan mi ausencia, mis pocas
publicaciones de aquí a noviembre 06. Tengo libros que leer, ejercicios que
resolver y un examen de admisión que espera por mí. Yo ya me veo dentro, y
estoy dispuesta a estudiarme la vida así esto me cueste un considerable
alejamiento de mi vida virtual y social. No me queda otra cosa que enfrentar el
miedo, aceptar la libertad y eliminar la palabra siesta de mi día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario