Hay cosas en la vida que me hacen feliz sin necesidad de estar muy elaboradas, me hace más feliz que alguien cocine algo para mí que ir a comer a un lugar costoso. Me hace más feliz una cartita que un regalo. Me hace más feliz tomar té y chusmiar con amigas que ir de compras. Me hace feliz tomar fotos que nunca voy a mostrar porque me siento demasiado amateur para publicarlas. Me hacen feliz muchas pequeñas cosas, pero a la vez son cosas insignificantes las que me pueden cambiar el día. Cosas como una mala mirada o una amiga que no te saluda. Cosas como empezar el día sin darle un beso a mi hermana para decirle buen día, cosas como ver a todos mis amigos charlar y sentirme tan perdida como una cebolla en una mousse. Cosas como saber que mi mejor amiga prefiere a su novio que a mi.
A mi un beso y un abrazo me hacen sentir querida, a mi un mail preguntándome como estoy me hace sentir querida. Son esas las pequeñas cosas de la vida las que son las más importantes, una mirada con ese chico que amas y no te atreves a encarar, un saludo exagerado de tus amigas que vienen gritando dos calles antes tu nombre, un regalo inesperado, una cartita, una postal, una tarjeta. Eso es lo que vale. Hoy aprendí a valorar las pequeñas grandes cosas como dice una tía mía, mientras más insignificante más lindo. Hoy encontré un zapatito de una de mis muñecas de la infancia y ese zapatito me transporto a un ambiente de paz, un zapatito me llevo ida y vuelta al pasado. Un zapatito te puede cambiar el día todo esta en detenerse por un momento y observar.
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