Una de las cosas más difíciles en la vida es
saber exactamente que quiere el otro de ti. Primero porque el otro nunca te dice
directamente que es lo que quiere y segundo porque, muchas veces, el otro no
sabe lo que quiere.
Cuando alguien me trata mal intuyo que le
caigo mal, que le hice algo o que me odia. Cuando alguien me trata muy bien, desconfío.
Me angustio, me alejo de esa persona, porque no puede amarte tanto alguien sin
querer nada a cambio. Cuando las cosas llegan al punto perfecto, entra la
desconfianza y rompe todo. Nunca se puede estar seguro de las intenciones del
otro, por más intuitiva que sea, siempre hay algo que me descoloca. A mí me
pasa siempre, le puse nombre, es ‘la crisis del todo bien’. Porque cuando está
todo bien, desconfías de tanta cosa buena junta y te asustas, te alejas, te
cuidas. Ahí llega la parte más complicada de esto, a esta desconfianza se le suma la intuición y el
poder de adivinanza de cada uno, asumes cosas, inventas respuestas y creas otra
realidad, asumes que eso que tú crees es lo que el otro quiere de ti. Piensas
que todo siempre tiene un interés de por medio, te habla porque se quiere
levantar a tu amiga, te acompaña porque quiere una nota extra, te ayuda para
que le debas algo… Angustia mucho no saber que quiere el otro de nosotros, este
sentimiento nos obliga a vivir a la defensiva. A vivir con desconfianza.
Si no te habla se enojó y si te habla mucho quiere conseguir algo con esa conversación.
¿Por qué vivimos así? ¿Por qué pensamos tan mal del otro? ¿Por qué somos tan
desconfiados?
El rico por su dinero, el poderoso por su
poder, el inteligente por su inteligencia. Vivir siempre en la desconfianza no nos lleva a ningún lado, nos limita, no nos
deja ver más allá, la desconfianza no nos deja conocer lo nuevo que la vida
tiene para nosotros. ¿Es que no podemos aceptar la idea de que el otro nos
quiera?
De repente ya es hora de responder esta
pregunta con una respuesta segura, de repente llego el momento para dejar de
desconfiar, para pensar bien del otro. ¿Qué
quiere el otro de mí? Eso es lo que quiere, me quiere a mí. Me quiere no por lo
que le puedo dar, me quiere por lo que soy, por
eso que me hace especial.
Llego el momento de aceptar que el otro no siempre te quiere usar, que hay gente buena y mala. Que no son todos iguales, que te tocaron buenas personas y hoy solo quieren eso de ti, una amiga.
las cosas son mas simples de lo que aveces estamos dispuestos a ver. Y si hay personas que te demuestran que no quieren algo de vos, simplemente te quieren a vos. siempre lo pienso, pero no puedo evitar ser desconfiada tengo una gran coraza, pero aveces esta bien sacármela, eso también lo aprendí
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