Hace
exactamente una semana que no conozco de endorfinas, hace una semana dejé una
de las cosas que más me gustaban en la vida, le dije adiós a los
dulces. A lo que probablemente me hacia tan feliz y activa. Ahora, debo admitir
que la única parte dulce de mi día está en mi chapstick de cereza que no saco
nunca del bolsillo. Es difícil, pero no imposible. El problema está en los
efectos secundarios, algo que mi médico no me explico y que mi cerebro no tenía
ni idea.
Las endorfinas
son probablemente una de las hormonas que tenían más presencia en mi vida, ahí
la respuesta de mi felicidad y positivismo permanente. Se lo debo a un par de
chocolates y mi yoga matutino. Ahora, probablemente perdí más del 50% de las
endorfinas que diariamente me hacían estar tan bien. La falta de endorfinas te
hace más sensible, más vulnerable, más humana, más infeliz.
Y aquí están los efectos secundarios mis queridos, hace una
semana tengo una voz metida en mi cabeza. Hace una semana que siento cosas distintas,
y como el resto de las mujeres comunes y corrientes caí en esa cosa de la cual
parece no se puede salir. Me enamoré. Me enamoré de alguien que no sé si
conozco bien, pero creo que conozco bastante. Trate de decirle a ese
sentimiento que se vaya al carajo, que yo no quiero llorar por amor, que yo no
estoy para esas tonterías, que yo soy casi una adulta, que no estoy para perder
el tiempo. Pero sí, mi falta de endorfinas hace que cada vez que estoy sentada
pensando en nada, aparezca este personaje no muy lindo pero que para mí ya es un Peter Lanzani en mi cabeza y no me suelte más. Sé guardar
secretos, pero una semana ya es too much, se lo tenía que contar a alguien,
descargar esto que me tiene bastante desubicada de la vida. Siento que si como
un chocolate puedo acabar con la pesadilla, pero lo intente tres veces y mi
estomago lo rechaza.
Básicamente,
esto es lo que me pasa hoy no hay manera de volver el tiempo atrás y no sé si es
algo lindo pero hoy por primera vez en mi vida estoy enamorada. Se siente
lindo, pero sé lo que se me viene.
No,
no voy a encarar. Porque la caradura de Nidya, tiene miedo, no se siente tan
valiente para hacerlo. Después de mandarles a todos la misma historia que hay
que decirlo, que no hay que guardar lo que sentimos, hoy como siempre no puedo
seguir mis propios consejos. Hoy a mi no me da la cara para decirle nada. No tengo
miedo al rechazo, solo sé que mi boca no va a poder articular palabra cuando le
vea la cara. No pensé que lo iba a decir tan pronto pero por la recalcada
concha de la loca puta, Estoy enamorada y
es una de las pocas cosas que no sé solucionar ni controlar.
¿Alguien
por ahí que me diga como desenamorarme?
un 'ohmy' más para ti
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