Camino más rápido
que el resto, hablo más rápido que el resto, pienso más rápido que
el resto [igual esto no quiere decir que siempre piense asertivamente,
generalmente me equivoco] Vivo más rápido que el resto. Vivo contra el tiempo,
salgo 20 minutos antes pero camino como si estuviera 20 minutos atrasada. Está
en mi naturaleza, siempre tengo algo para hacer, algo que me falta, algo que
terminar. Una cosa en mi listita que no puede esperar. Vivir organizada,
cronometrizada, ordenada, esta bueno pero llega un momento en el que uno
necesita caminar y poder ver a su alrededor, caminar lento, caminar por placer.
Vivir, no existir. Esta semana no sentí nada, viví a mil y me olvidé de todo lo
que viví. Esperé ansiosa a que llegue el viernes, el examen de historia que
como siempre es el mejor de todos pero igual me angustia. Que llegue la
libertad, porque sí, esa era la única manera de vivir. De volver a
sentir. El viernes a las 17 volvía a ser yo [sí, tenia fecha y hora], volvía a
hacer algo por placer. Y bueno, fue tal cual. Volví distinta, volví organizada
y con listita en mano. Pero con la lista del corazón, vine dispuesta a hacer lo
que quiera y que nadie me diga nada. Ayer tuve una de las mejores tardes-noches
de mi vida y no me tuve que ir de fiesta o salir a comer. Simplemente hacer lo
que me gusta, sentarme frente a Milenita y que mis dedos se apoderen de mi
vida. Leí los blogs que quise, tome leche con galletas, e inicie nuevamente mi
romance con cuevana y Casi ángeles. Baile y cante como Katy Perry, como si
fuera el último día de mi vida. Dormí temprano y leí mi libro de psicología. Yo
no sé mucho, pero hay cosas en la vida que ni en un millón de años van a volver
y yo hoy estoy convencida que nadie me va a volver a dar los 15 años para
volver a vivirlos, así que mas me vale vivirlos como hay que vivirlos. Como a
mí me haga feliz. Y pueden decirme tonta, geek, infantil porque ves casi
ángeles. Puede decirme lo que quieraaaan. Porque yo así, así como estoy, estoy
feliz.
Y claramente,
volví a sentir placer. Volví a ser yo, la Nidya que disfruta de cada minuto y
de cada cosa de su día. Encontré eso que me hacía falta para detener el mundo,
respirar y vivir; y lo encontré en lo más simple, en lo de siempre. En caminar
lento, en reírme de mí pelo, en ducharme y salir muriendo de frío. Estas son
esas pequeñas grandes cosas que me hacen tan feliz, y las perdí por una semana
pero son tan lindas que volvieron al primer llamado. Gracias Chicas!
Igual no
prometo caminar lento siempre eh!…
*Escribí mentalmente mientras caminaba del cole a casa ayer, por eso el título*
:')!
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