Aquí estoy
otra vez, tratando de caminar sin mirar atrás y vuelve esa voz a mi
cabeza que me dice 'eres la peor cosa que hay en el mundo' 'hiciste mal'.
Gracias a Dios y a la virgen la sinceridad me sirve en lo malo pero también en
lo bueno. Hoy reconozco que me equivoque, que estuve mal y que debo pedir
disculpas. Debo hacerlo ahora y no cuando me cante, porque luego ya es
demasiado tarde. Si mañana me muero me gustaría morir sin esa
voz puta que no me deja dormir. No soy inmensamente mala, pero a veces hago
cosas sin pensar en la reacción del otro, a veces pienso que mi
ataque de cólera se puede ver reflejado en 645 insultos. A veces me
equivoco pero sé pedir perdón. Dejé el orgullo a 1500 Km, me armé de valor
y lo hice. Lo hice de corazón, lo hice porque quise.
Y si,
para que vean que clase de amigo tengo. Después de los 645 insultos,
ME DISCULPÓ. Sí, con mayúsculas. Porque además de disculparme me dijo
cosas que jamás pensé que me hubiera dicho. Este post es para ti,
porque ya tienes un lugar en el cielo, porque no puedes ser más bueno.
Y aquí estoy
otra vez, bastante más contenta y tranquila. Sola, sola pero tranquila y les juro,
les juro que no tiene precio. Una vez más les demuestro que los milagros
existen y que hasta a la más pendeja del mundo se le puede perdonar.
Gracias,
gracias por entender a esta tarada. Una tarada importante.
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